La víctima, un hombre de avanzada edad, sufrió una explosión y quedó atrapado en el suelo cubierto de gasolina.

Dos agentes de la Guardia Civil no dudaron en entrar a por él ante el inminente riesgo de una segunda deflagración.

La Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz ha rescatado a una persona de avanzada edad que había sufrido una explosión las consecuencias de la deflagración cuando se encontraba dentro de una nave dedicada a la reparación de embarcaciones en la localidad de Chipiona.

Los gritos de auxilio y dolor que provenían del fondo de la nave permitieron a los agentes localizar a la víctima tumbada en el suelo cubierta de gasolina, con quemaduras graves que le impedían moverse y exhausto por la intoxicación de la densa nube de humo.

El riesgo inminente de una segunda explosión por la cantidad de gases y combustible almacenado obligó a los agentes a coger en brazos a la víctima y su traslado urgente al Hospital en el propio vehículo policial.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 13:45 horas cuando la patrulla de seguridad ciudadana en servicio del puesto de la Guardia Civil de Chipiona recibe un aviso de la Central de Servicios de esta Comandancia de una fuerte explosión, con víctimas, ocurrida en el interior de una nave dedicada a reparaciones de embarcaciones próximo al acuartelamiento y a otros establecimientos hosteleros.

Inmediatamente la patrulla de servicio acude al lugar y observa en el exterior a un vecino que informó haber sufrido múltiples quemaduras en el intento de extraer a la persona que se encontraba atrapada en el interior y al apagar las llamas de su cuerpo.

Los agentes accedieron sin dudar al interior de donde salía una densa nube de humo que impedía la visibilidad y un fuerte olor a combustible. Una vez dentro logran oír los gritos de auxilio y dolor que provenían del fondo de la nave que permitieron localizar a la víctima tumbada en el suelo, exhausta, bañada en gasolina y con quemaduras graves en su cara, torso, brazos y piernas, una de ellas en bastante malas condiciones que le impedían moverse de ninguna manera.

El riesgo inminente de que se produjera una segunda explosión por la cantidad de combustible esparcido y los fuertes gases en la atmósfera y la gravedad de las lesiones, obligaron a los agentes a no esperar a los servicios médicos y, con la debida precaución para no agravar más sus múltiples heridas, trasladarlo en el propio vehículo policial al Hospital Virgen del Camino.

Ante la gravedad de las quemaduras que afectaban al 40 por ciento de su cuerpo tuvo que ser evacuado a la Unidad de Quemados del Hospital Virgen del Rocío.

Fuente: La Voz de Cádiz.